El presente Código Ético contiene los valores y principios generales que deben cumplir los profesionales sanitarios, que colaboran cada año en las diferentes intervenciones que realiza la Asociación Solidaria la Medusa en Senegal.
La Asociación de la Medusa espera los siguientes valores, de los profesionales sanitarios que colaboran cada año en sus visitas e intervenciones en los hospitales de Senegal:
Responsabilidad: Significa estar comprometidos con las labores que realizan y ser consciente de las consecuencias que ello implica.
Igualdad: Significa estar comprometidos con el principio ético que reconoce la diferencia de las personas y su igual valor, así como el derecho a la no discriminación por motivo de sexo o cualquier otro.
Trabajo en equipo: Significa conocer y respetar las habilidades de compañeros, y mantener con ellos relaciones cordiales y de cooperación, orientadas siempre a la obtención de las mejores decisiones para la población del Senegal.
Sensibilidad: Significa tomar en cuenta las opiniones de las personas usuarias sobre los servicios que presta, y en la medida que sea factible dar respuestas a sus demandas.
Respeto a la dignidad de la persona y no discriminación: evitamos todo tipo de intercambio verbal o conducta que suponga una agresión, discriminación, humillación o contribuya a crear una relación intimidatoria con terceros. Apostamos por un trato cercano y humano.
Los principios generales de la Asociación la Medusa son los siguiente:
Los profesionales sanitarios están al servicio de los pacientes del Senegal. Deben respetar la dignidad y salud de las personas que visitan.
Los profesionales sanitarios deben atender con la misma diligencia todos los pacientes, sin discriminación alguna.
Los profesionales sanitarios no pueden negar la asistencia por temor a que la enfermedad o las circunstancias de los pacientes les supongan un riesgo personal.
Todo profesional sanitario prestará su ayuda de urgencia a un enfermo.
Los profesionales sanitarios deben cuidar su actitud, lenguaje, formas, imagen y, en general, su conducta para favorecer la plena confianza de los pacientes.
Los profesionales sanitarios respetarán las convicciones de sus pacientes y se abstendrá de imponerles las propias.
Los profesionales sanitarios tomarán las decisiones que considere adecuadas cuando se dé una situación de riesgo inmediato grave para la integridad física o psíquica del paciente y no sea posible conseguir su consentimiento.
Los profesionales sanitarios informarán al paciente de forma comprensible, con veracidad, ponderación y prudencia. Cuando la información incluya datos de gravedad o mal pronóstico se esforzarán en transmitirla con delicadeza de manera que no perjudique al paciente.
Los profesionales sanitarios deberán asumir las consecuencias negativas de sus actuaciones y errores, ofreciendo una explicación clara, honrada, constructiva y adecuada.
Si un profesional sanitario observara que por razón de edad, enfermedad u otras causas, se deteriora su capacidad de juicio o su habilidad técnica, deberá pedir inmediatamente consejo a algún compañero de su confianza para que le ayude a decidir si debe suspender o modificar temporal su actividad profesional.